Cien millones de píxeles son los encargados de obrar el milagro: la creación de mundos virtuales en una sala de algo más de tres metros cuadrados con la mayor resolución conseguida hasta ahora.
Ya se está aprovechando para desarrollar aplicaciones para la arquitectura, la biología e incluso el aprendizaje de conducción de vehículos teledirigidos. Según sus creadores, la inmersión es total, y permite a los usuarios interactuar con mundos generados por la ilusión óptica. Por Vanessa Marsh de Tendencias Científicas.
El incremento de la creatividad y de la productividad de cualquier persona puede ser impulsado por el trabajo con la realidad virtual, una herramienta que según se va desarrollando muestra cada vez más posibilidades.
Via La Flecha.
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